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Programación didáctica: consejos para la defensa oral en la oposición

Programación didáctica

¿Quieres conocer algunos consejos para la defensa oral de la programación didáctica?

La defensa oral de la programación didáctica es una parte fundamental dentro de las oposiciones a educación. Es por ello que debemos trabajarla y tratar de optimizar al máximo nuestra exposición. Todo suma, y obtener una buena puntuación en esta parte será indispensable para conseguir la tan preciada plaza.

De esta manera, en el artículo de hoy queremos dejaros algunos consejos que creemos que os ayudarán a mejorar la defensa oral de vuestra programación didáctica. Eso sí, antes os  dejamos las definiciones de programación y unidad didáctica sacadas de la Lomce, para poder contextualizar el artículo:

Programación didáctica:

 “La programación didáctica es una forma de organizar actividad docente, dándole una estructura coherente con las características de la enseñanza y de las circunstancias en que se produce (el tipo de Centro y la zona en la que se encuentra, las características de los alumnos y de sus familias, etc)”.

Unidad didáctica

«Una unidad didáctica es un documento, a modo de declaración de intenciones, constituido por una serie de elementos que guiarán al profesorado en el tratamiento de las competencias y contenidos de dicha unidad, con unos objetivos, unas metodologías, unos tiempos y unos criterios de evaluación. Además, debe tener en cuenta los conocimientos didácticos actuales sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero, a su vez, dicha UD debe estar enmarcada dentro de una Programación Didáctica (PD), un documento de orden superior».

Principales consejos para optimizar la defensa oral de la programación

Vayámonos ahora al meollo de la cuestión, y destaquemos algunos elementos clave para optimizar la exposición. Para ello, vamos a dividir los aspectos clave en tres grandes grupos:

1º Conocimiento de la materia

En esta parte incluiremos la importancia del “saber”, de obtener información y conocimiento sobre lo que hemos incluido en nuestra programación didáctica. Y es que siempre defenderemos mejor algo que “controlamos”, que algo que se lleva con pinzas.

  • Haz tuyo el mensaje: tú has hecho esta programación didáctica, eres el creador, el que más sabe sobre lo que vas a exponer. Así que créetelo, conoce bien la materia, y muéstrate confiado…
  • Regula el tiempo de la exposición: para que no te quede demasiado tiempo al final, no tengas que correr para conseguir decirlo todo, o dejes cosas importantes el tintero.
  • Uso de materiales: como una pizarra para enfatizar los puntos importantes, un guión para ayudarte a recordar, etc.

2º Lenguaje verbal

El estilo, la gramática, las palabras elegidas… todo cuenta en nuestro lenguaje verbal si queremos “enamorar” al tribunal. En fin es conseguir mantener su atención, y que les sea amena nuestra exposición, que les resulte interesante y no se evadan.

En este aspecto, destacamos:

  • Gramática y el lenguaje utilizado: un uso correcto con el que demostremos nuestro conocimiento de la lengua por una parte, y de la materia por otra. Si queremos convertirnos en profesores tendremos que saber qué decir, pero también cómo decirlo.
  • Fluidez en el lenguaje: mostrando confianza en ti mismo.
  • Otros elementos clave como: utilizar una buena dicción (tono fluido pero tranquilo, haciendo pausas, etc.), un volumen y una entonación acorde con la situación (que muestre que seremos capaces de controlar una clase).
  • Céntrate en el mensaje: evita divagar y céntrate en lo realmente importante.

3º Lenguaje no verbal

Los gestos de la cara, los movimientos de brazos, manos piernas… Acompañarán al lenguaje verbal y conseguirán un discurso más o menos atractivo.

Aquí destacamos:

Evita moverte demasiado, hacer gestos muy rápidos con las manos o los brazos, menear los pies… Se trata de conseguir que los examinadores se centren en tu discurso, y no en tus movimientos.

  • Postura: coge una postura en la que te sientas cómodo, que sea acorde con la situación, pero en la que no te notes demasiado rígido. Esto solo conseguirá que tu mensaje sea menos creíble.
  • Movimientos: Tranquilo, puedes moverte, y si estás muy nervioso esto te ayudará a relajarte un poco. Pero busca que estos movimientos no sean excesivamente bruscos y úsalos también para acompañar a tu exposición.
  • Mira a los ojos: un grave error en el que caen muchos opositores en sus exposiciones orales es el hecho de evitar el contacto visual con los examinadores. Míralos a los ojos, sonríeles, asienta con tus explicaciones, y hazles ver que tu autoestima y seguridad son las adecuadas para ser un buen docente.
  • Sonrisa: aunque ya lo hemos añadido al punto anterior, la sonrisa siempre ofrece un gesto amable. Algo que agradecerá un tribunal que lleva horas escuchando a otros opositores.
  • Manos y pies: en este punto la principal idea es la “coherencia,” es decir, podremos movernos, pero tampoco se trata de bailar una sevillana. Usa esos movimientos para enfatizar tus palabras, evita las manos en los bolsillos, toquetear demasiado las orejas, la cabeza… Y nunca cruces tus brazos durante la defensa de tu programación didáctica.