Llevas meses preparándote, el día E (de «examen») está cerca y vas a tener un ataque de nervios… me voy a quedar en blanco, no me acuerdo de nada, tengo náuseas, no puedo dormir, lo dejo…
Que no cunda el pánico. Respira profundamente (ya te he contado cómo se hace en posts anteriores, ¡no te hagas!)
Tu salud mental es esencial para que los nervios no te jueguen una mala pasada o te quedes en blanco. Nadie quiere eso. Es importante que aprendas a relajarte antes de un examen. Te voy a dar algunos tips que te van a parecer contrarios a la lógica al principio, pero te aseguro que te van a ser útiles. No te dejes llevar por el miedo y hagas lo contrario, porque solo entrarás en un bucle de malestar que no te servirá para sacar mejor nota… más bien al contrario.
El día antes los apuntes ¡no se tocan!
Nunca estudies el día antes. El estrés y la ansiedad generados por la preocupación y la falta de descanso, pueden llegar a ser un problema que te podría hacer suspender, por muy bien que te lo sepas. Ver que no te lo sabes tan bien como creías te puede preocupar, dejándote sin poder dormir y perdiendo las horas de descanso que vas a necesitar.
Es imposible saberse el 100% del temario, pero ¿y qué? hay cosas más importantes que eso. El hecho de poder dejar de estudiar un día te permitirá recuperar fuerzas y te hará rendir mejor el día del examen.
Por muy tentador que sea, no toques un solo apunte el día anterior al examen. Si te preocupa muchísimo no saberte algo, haz un repaso ligero de tus esquemas (no de tus apuntes) y durante poco tiempo o, de lo contrario empezarás a ponerte nervioso.
Imagina el peor escenario… ¿y qué?
¿Qué pasaría si no pasases este examen?¿sería el fin del mundo? Ponte en lo peor, verás lo ridículo que suena. El cielo no se va a caer sobre tu cabeza y no se va a apagar el mundo (bueno, si se apaga no será por eso ;-)).
Si no pasas este examen, podrás seguir preparándote para el siguiente. Son muchos los opositores que no lo consiguen a la primera; no hay ningún deshonor en que esto te pase. No permitas que te presionen para aprobar, más allá de los ánimos y las buenas expectativas. Puede pasar de todo: déjate llevar y verás que no pasa nada por suspender. La cuestión es que solo necesitas tener éxito una vez para conseguir lo que quieres. Si caes, volverás a levantarte y punto.
Visualiza
Una técnica que se aplica mucho en psicología para tratar las fobias es la visualización. Crea una imagen mental de ti haciendo el examen, de forma relajada, imaginándote cómo será el momento. Imagínate respondiendo bien a todas las preguntas y consiguiendo tu plaza. Te irá bien hacer este tipo de visualizaciones para habituarte al examen, perder el miedo y proyectarte mejor hacia tus objetivos ¡pruébalo!
Prepara bien las cosas del examen
Para no tener preocupaciones ni problemas el día del examen, prepara con antelación los materiales ordenados en tu escritorio (suficientes bolígrafos, DNI, etc.), para que mañana no tengas que hacer otra cosa que levantarte, desayunar y recoger lo que has preparado para ir al examen directamente, sin necesidad de agobiarte ni bloquearte pensando en qué debes llevar.
Sal con tiempo suficiente para no llegar tarde (esto es una perogrullada, pero a todos nos ha pasado, sobre todo si dependes de transportes públicos)
Máxima concentración, evitamos distracciones: antes de entrar al examen, no hables con nadie sobre el temario ni repases para no ponerte nervioso.
Aléjate de las personas que están visiblemente nerviosas o repasando en voz alta, para que los nervios no se te peguen. Eso sólo os pondrá más nerviosos a todos. Ve al baño antes de entrar al examen.
¡Duerme!
Al menos siete horas, para tener una mente fresca y despejada. Sin pastillas, por favor. Si te cuesta conciliar el sueño, haz ejercicios de respiración profunda y consciente. Mantén un ambiente relajante para dormir, oscuro y bien ventilado.
No estimules tu cerebro con pantallas o música demasiado energizante antes de dormir. Las redes sociales pueden esperar. Una infusión (tila, manzanilla, valeriana o melisa , o una mezcla de éstas) puede ayudarte a relajar, pero, como ya hemos dicho, evita los químicos.
Desayuna ligero
El día del examen, debido a los nervios, es posible que te cueste comer o, por el contrario, que tengas ansiedad por comer y te pases. Nada de extremos… pero, sobre todo, nada de desayunos ni comidas copiosas antes del examen. Necesitas toda tu sangre regando tu cerebro, no en tu estómago. Obviamente, te conviene tener algo de energía, así que come lo esencial. No es el día para hacer experimentos gastronómicos. Asegúrate de que vas a tener bien tu estómago, sin excesiva carga ni problemas intestinales, o serán un factor que te estresará. Por supuesto, hay personas que con los nervios acaban teniendo problemas gastrointestinales, y comer algo más ligero te ayudará a remediarlo antes de que pase.
Evita grasas saturadas y azúcares: pueden causar excitación y disminuir tu rendimiento mental. Come proteínas, como huevos, y frutas y verduras: te ayudarán a mantener la mente relajada y con energía. Y, por supuesto, evita la cafeína y el alcohol: pueden interferir con el sueño y aumentar la ansiedad.
Ejercicio físico
Es probable que te venga bien realizar un poco de ejercicio físico antes del examen para relajarte. La liberación de endorfinas hará que parte de tu estrés y pensamientos negativos desaparezcan. Eso sí, haz algo ligero, no te agotes. Y si no eres muy deportista, date un paseo tranquilo.
Vamos a por ello
Durante el examen, te va a ayudar estar pendiente del sonido de tu respiración. La respiración tiene un componente relajante por sí sola. Si ves que estás muy nervioso antes de entrar o justo cuando tienes el examen delante, cierra los ojos y dedícale unos minutos a escuchar tu respiración. Verás cómo tras un breve período estarás mucho menos tenso.
Tranquilo/a y al lío, ¡lo vas a conseguir!