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Los consejos de Anacrusa en la cocina

¡Bienvenidos al caldero, opositores hambrientos! Soy Anacrusa, la bruja cocinillas, y hoy vengo a hechizaros con un conjuro exprés: un ramen de pollo casero que se prepara más rápido que lo que tardáis en decidir qué serie ver en Netflix.

– Anacrusa, ¿no estarás dejándote llevar por las modas? Pues claro que sí, ¿acaso no es lo que hacen los jóvenes modernos? Entre bubble teas, sushi a domicilio y ramen en bolsita, la cocina asiática nos tiene el corazón (y el estómago) embrujados. Y yo, que no me resisto a un buen caldo lleno de fideos, me apunto feliz al aquelarre de sabores.

Lo mejor de este ramen es que no os pide horas de paciencia ni un viaje a Tokio. Con unos cuantos ingredientes fáciles de conseguir y un poco de magia de cuchara, en menos de media hora tendréis un plato que os hará olvidar esos fideos instantáneos tristes y aguados. Porque sí, queridos míos: hasta los más ocupados, los que viven a base de microondas y café, pueden disfrutar de un ramen digno de un festín de brujas.

Que empiece el conjuro del Ramen de pollo casero exprés:

Necesitas (para 2 porciones; invita a alguien, no seas roñoso/a):

  • 1 pechuga de pollo (o 2 filetes finos)
  • 1 paquete de fideos ramen o noodles de trigo
  • 1 litro de caldo de pollo (casero o de pastilla concentrada)
  • 2 dientes de ajo picados
  • 1 trozo pequeño de jengibre fresco rallado o una pizca de jengibre en polvo
  • 2 cucharadas de salsa de soja
  • 1 cucharada de aceite de sésamo (opcional, pero nos vale con el aceite de oliva de toda la vida)
  • 1 huevo por persona
  • Verduras al gusto: champiñones, zanahoria en juliana, espinacas, maíz dulce o cebolleta
  • Sal y pimienta al gusto

Preparación:

  1. Cocer los huevos: ponlos en agua hirviendo 6 minutos si quieres la yema cremosa. Enfría en agua fría, pela y reserva.
  2. Preparar el caldo: en una olla calienta un chorrito de aceite de oliva, sofríe el ajo y el jengibre. Añade el caldo de pollo, la salsa de soja y el aceite de sésamo. Deja hervir suavemente 10 minutos.
  3. Cocinar el pollo: puedes hacerlo a la plancha con un poco de sal y pimienta o hervirlo dentro del caldo hasta que esté bien cocido. Luego córtalo en tiras finas.
  4. Añadir las verduras: trocéalas pequeñitas e incorpóralas al caldo para que se cocinen 3-5 minutos (según dureza).
  5. Cocinar los fideos: agrégalos directamente al caldo y cuece el tiempo indicado en el paquete (generalmente 3-5 minutos).
  6. Montar el ramen: sirve los fideos y el caldo en boles, coloca por encima el pollo en tiras, medio huevo, las verduras y un poco de cebolleta fresca picada.

Tip exprés: si tienes prisa, puedes usar pollo asado que te haya sobrado y añadirlo directamente al caldo.

Y así, mis aprendices de caldero, habéis convocado un ramen de pollo digno de brujos, ninjas y estudiantes con mucha hambre y poco tiempo. Si alguien os pregunta el secreto, podéis decir que es la salsa de soja… o podéis guiñar un ojo misteriosamente y murmurar: “cosa de brujas”. Yo no voy a desvelar nada, palabra de Anacrusa. Ahora, tomad vuestros palillos como varitas, sorbed sin miedo y que el caldo os devuelva la energía para sobrevivir a clases, temarios, simulacros o maratones de series. Y si se os cae algún fideo en la ropa… tranquilos, es parte del hechizo.

Hasta el próximo conjuro culinario. ¡Que la magia del ramen os acompañe!