Si crees que el brócoli es una verdura traicionera cuyo único objetivo es aparecer en tu plato cuando menos te lo esperas, con esta receta vamos a reconciliaros. Es sencilla, sabrosa… y oye, comer verduras es importante: tus intestinos y tu madre lo agradecerán. La idea es fácil: lo cueces unos minutitos, lo rehogas en un aceite que huele a gloria (gracias al ajo y al pimentón) y, ¡pum!, de repente tienes una guarnición que te hace sentir adulto responsable.
Primero lo primero:
Si has comprado el brócoli entero, lávalo y córtalo en ramilletes. Es como convertir un árbol en un bosque de mini-arbolitos. El tronco no lo tiramos, ¡que no está el mundo para derrochar! Lo guardas, lo congelas o lo usas otro día. Cortado finito sabe hasta bien. Prometido.
El toque de sabor profundo:
Corta el ajo en láminas finas. FINAS, ¿eh? No en bloques que podrían servir de ladrillo. Así el aceite se empapa de su sabor y queda con ese aroma que dice “aquí huele a cocina profesional, aunque yo no tenga ni idea”. Puedes usar pimentón ahumado si quieres sentirte sofisticado. O incluso añadir una pizquita de pimentón picante o cayena si tus papilas gustativas disfrutan del riesgo. Después solo falta rehogar el brócoli en este aceite mágico y servirlo inmediatamente, bien impregnado de sabor. Es perfecto para acompañar carnes, pescados, tofu… o para coronarlo con un huevo frito, si estás en modo chef de domingo.
Necesitas:
- 250 g de brócoli
- Sal (lo justo, que tampoco queremos arruinar la operación bikini)
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
Cómo hacerlo:
- Lava el brócoli bajo el chorro de agua fría y separa los ramilletes. Fuera bichitos, restos de tierra y cualquier sorpresa del campo. Escurre bien.
- Corta los ramilletes hasta obtener unos 250 g. Guárdate el tronco en el congelador para otro día, que te vendrá de perlas en sopas o salteados.
- Hierve el brócoli 4 minutos. Sí, solo 4. Queremos que esté tierno pero no blandengue, que no se nos deshaga como un villano de dibujos animados.
- Escurre el brócoli y resérvalo. Tú tranquilo, él no se escapa.
- Calienta 1 cucharada de aceite en una sartén y saltea el ajo laminado durante 2 minutos. Remueve, remueve, remueve, que el ajo es de quemarse rápido y luego sabe a drama.
- Añade el pimentón y remueve unos segundos. Esto es rápido: el pimentón es tímido y se quema enseguida.
- Incorpora el brócoli y rehógalo 4 minutos a fuego medio-bajo. Déjalo que se lleve bien con el aceite.
- Sirve inmediatamente y disfruta de un brócoli que, contra todo pronóstico, está delicioso.

